Mirando por encima del hombro

8.24.2005

Réculer pour mieux sauter

Ayer recibí llamada de Michelle. En la hora y media de conversación (con esta llamada Bell Canadá ha superado su crisis) encontré indicios de que la Michelle de siempre quiere salir a la superficie, pese a la tristeza que algunas veces dejaba traslucir. Me dijo que me echa de menos y que me agradecía mucho cómo me comporté con ella y su familia durante la negra etapa de Londres. Yo, que creía que había estabo muy por debajo de uss expectativas y que me sentía culpable de no haber podido ayudar más.... Estas palabras fueron un verdadero bálsamo.
Después de ver un poco de luz al fondo del túnel, decidí dar señales de vida en el trabajo. Me reincorporo el 26 de septiembre con un curso de Doctorado y 4 semestrales. Mi director de Departamento ha sido muy, pero que muy comprensivo.

Así pues, me veulvo a Montréal a disfrutar del été des indiens (veranillo de San Miguel), con el espectáculo bellísimo de los colores del otoño, pero antes...

WIM MERTENS
KLARAFESTIVAL VAN VLAANDEREN
Musique contemporaine
du 19/09/2005 au 20/09/2005.
ANCIENNE BELGIQUE Bvd Anspachlaan, 110 B-1000 BRUXELLES - BRUSSEL BELGIQUE
25,00 €



Ya tengo los billetes para los dos conciertos. Salgo de Madrid el sábado 17/09 hacia Bruselas, hago noches allí en casa de uno de mis amigos de la ULB, veo los dos conciertos y salgo el martes 20/09 en tren hacia Amsterdam para coger el vuelo a Montréal. Tendré que volar con la peor compañia del mundo (KLM), pero Vim Mertens bien vale 8 horas en un avión viejo, con asientos incómodos y azafatas a punto de la prejubilación tirando las bandejas encima del que suscribe.

8.22.2005

Crónicas de un pueblo 2

A aquéllos de vosotros que,por desgracia, no tenéis un pueblo pequeño al que ir, cuando tengáis la oportunidad, os sugiero que llevéis a cabo un pequeño experimento: Se trata simplemente de intentar pasar inadvertido. ¿fácil? Pues entonces no tenéis ni idea de lo que es la vida en una población de menos de 500 habitantes.

En la semana y pico que estuve en el pueblo redescubrí varios conceptos. El primero es que por mucho que lo intentase, nunca podré ser reconocido como uno de ellos. Ya podría trasladarme a vivir allí para siempre que para todos ellos sería "el de Madrid", o, como he escuchado "el hijo de la Chelines que vive en América". Canadá es un concepto demasiado abstracto para la mayoría y que no da empaque. Lo bueno es vivir en Argentina o México, como algunos de los emigrantes del pueblo, y venir cada dos años a lucir joyas y divisas.

Que conste que me he esforzado en integrarme (de hecho ya he recuperado a viejos amigos), pero mis intentos de pasar por uno de ellos valiéndome de mi tradición familiar siempre han fracasado. El hecho de que mis padres emigraran a Madrid, en vez de imprimir carácter, lo quita. Ante los ojos de todos ellos, yo ya soy madrileño a todos los efectos y aunque mi familia materna se asentara en el siglo XVII en ese pueblo, esos 3 siglos de tradición no valen para nada:

Quizás esto tenga algo que ver con las reacciones de la gente cuando iba a alguna de las tiendas a comprar: miradas de arriba a abajo y cuchicheos no muy disimulados para averiguar "de quién soy". Como ya dije en otro post, ya conozco las respuestas que he de dar, pero, curiosamente, las vecinas de la edad de mi madre sacan la filiación por el parecido físico y por la altura. El hecho de medir un pelín más de 2 metros no ayuda a camuflarse en el entorno.

8.13.2005

Crónicas de un pueblo 1

Volver cuando los demás salen, no tiene precio. He visto las retenciones en la N-VI desde el otro lado y he tardado menos de dos horas en el trayecto. Nada comparable a las cuatro horas que tardábamos con el 4L de mi padre.

Héme aquí de vuelta, tras una semana de búsqueda de las raíces perdidas. He leído a gusto, he escuchado toda la música que pretendía y he recuperado el contacto con los amigos de la infancia a los que hacía más de 20 años que no veía.

Pasar esta semana en lla casa de mis abuelos me ha despertado muchos recuerdos. Los primeros días me sorprendí recordando palabras como "sobrao", "cuarterones", "solana".... No faltaron los piñones tostados que me dieron las vecinas de mi abuela, ueno, las dos que quedan, ya bastante mayores pero totalmente lúcidas y dinámicas. Fueron ellas las que me obligaron a ir a dar un paseo hasta el cementerio el domingo por la mañana para recordarme mi arbol genealógico materno.

El pueblo sigue teniendo dos tiends de ultramarinos y un solo bar (no hay muchas alternativas de ocio) por el que me pasé el sábado por la mañana, venciendo a mi proverbial timidez. La verdad es que me sorprendí a mí mismo, ya que la entrada al bar fue épica. Solo faltaron unas puertas batientes al estilo far west, porque en cuanto pasé el umbral, todos los allí presentes se giraron para mirarme de arriba a abajo. Casi podía leer sus mentes: "¿qué se le habrá perdido aquí al forastero éste?".

Por suerte, uno de mis primos estaba allí, justo el que tiene mi edad y con el que mejor relación he tenido. Estaba muy cambiado, aparentando mucha más edad de la que tiene, con su enorme corpachón y sus manos callosas de agricultor. Me reconoció rápido y me llamó a voces desde el fondo del bar. Nunca me he alegrado más de ver una cara conocida. Allí estaban además otros dos miembros de la pandilla que nos juntábamos en el verano. A pesar del tiempo transcurrido, fue fácil reconocerlos. Juntos pasamos muy buenos ratos y me agradó ver que recordaban gran parte de nuestras aventurillas, sobre todo las batallas en las eras y los castillos que construíamos con las balas de paja.Me sacaron los colores al recordarme algunas de mis meteduras de pata de chico de ciudad en el pueblo y no tuve más remedio que aceptar sus invitaciones a comer y cenar.

Por lo demás, he madrugado para salir a correr entre los pinares, he repetido las excuriones a la fuente del merendero, he comprado el pan candeal del pueblo de al lado, he comido el mejor cordero del mundo y he salido a apsear al anochecer por las calles vacías iluminadas por bombillas amarillentas, por las que solo se oían el rumor de las fuentes y el eco lejano de algún televisor.

También me he emocionado al abrir el arcón del patio y encontrar algunos de los juguetes de mi infancia: raquetas de tenis, un tren electrico, el fusil de ventosas. Lueo, en los armarios, he encontrado cartas de mis abuelos a mis tíos y cartas de mi madre a mis abuelos, sobre todo de la primera vez que emigró a Madrid. Me resultan tiernas las fórmulas típicas de esa épocas ("me alegraré de que, al recibo de la presente, se encuentren los dos bien", "su hija que les quiere.."), así como los consejos de mis abuelos a mi madre en la "gran ciudad". En esas líneas aparecen nombres como fantasmas, seres traslúcidos que solamente viven ya en mis recuerdos, que son prestados de las conversaciones de mis tíos. No faltan las fotos, incluyendo la primera que envió mi madre a sus padres cuando mi padre y ella ya eran novios formales. Allí están los dos, con la Cibeles al fondo, subidos en una Vespa que haría las delicias de cualquier mod fan de Quadrophenia....


8.05.2005

Alle dinghe




Preparo el viaje al pueblo: lecturas atrasadas y mucha buena música. En estas ocasiones, Wim Mertens nunca me ha fallado. Hace poco pude comprarme unos Cds que llevaba años buscando: La tetralogía de "Gave van niets" y la trilogía de "Alle Dinghe". Me gusta escuchar esta música en soledad, al atardecer o al amanecer. Siempre ha conseguido proporcionarme una sensación de paz, especialmente una pieza: "Tot" de Alle Dinghe. El título del álbum está tomado de un poema místico flamenco del siglo XIII:


Alle dinghe
Sijn mi te inghe;
Ic ben so wijt!

Que pasado a neerlandés actual queda así:

Alle dingen (Todas las cosas/

zijn zo klein (son tan pequeñas/

en ik zo vrij.( y yo soy tan libre)

La traducción pierde mucho, pero el mensaje es claro, Ese es el espíritu que quisiera insuflar en mi vida ahora. No cabe duda de que estoy atravesando una etapa demasiado trascendente (e incluso pedante), pero creo que no me viene mal hacer una pausa en el camino, recapitular y empezar a redistribuir las prioridades.

La música de WIm Mertens es difícil de clasificar. Empezó siendo etiquetada de minimalista. En España, Ramón Trecet la encasilló en lo que se dió en llamar "nuevas músicas". Yo no consigo encuadrarlo en nada. Solo sé que me produce sensaciones positivas.

Los títulos de los cuatro álbumes de Gave Van Niets siempre me parecieron curiosos:
Sinceramente, os lo recomiendo. Sin embargo, si queréis introduciros en la música de este compositor os recomiendo algo menos denso, como el "Struggle for Pleasure", "Motives for Writing" (título muy propicio para los blogueros) o cualquiera de las piezas de "Jardin Clos".
Estaré unos días desconectado del mundo, salvo que en el pueblo hayan instalado un cibercafé, que lo dudo.

8.04.2005

Sin títulos. Este es un auténtico post de transición. Estoy en casa, de nuevo lo que significa volver a ver a mis padres, a mis hermanas, a mis amigos, no tener tiempo para ver a todos, comer dos y tres veces, cenar otras tantas y tomar infinitos cafés en los bares de siempre. Quien me quiere ver, tiene que pedir cita. Estoy poniendo de moda quedar para desayunar. Muchos viejos amigos, poco tiempo y muchas cosas que contar es una mezcla peligrosa.
He vuelto a recuperar el Madrid de los Austrias, un poco más sucio y vacío que de costumbre. Echaba de menos el té frío con hierbabuena del Café del Nuncio, las cañas en "La taberna del Alabardero" y he descubierto al menos diez pequeños restaurantes que merecen la pena.
Mis amigos se siguen burlando de mi acentillo indefinido que siempre traigo de recuerdo, alguna ex novia se sigue acordando de mí (para bien) y por suerte, los días oscuros y tristes de Londres parecen una pesadilla lejana.

Pero siguen ahí.....


No puedo evitar sentir remordimientos por sentirme alegre, cuando sé que, lejos de aquí, en un pequeño pueblo costero de Canadá, Michelle y su familia siguen inmersos en un profundo y sordo dolor. Hablo con ella a diario, intento convencerla de que venga unos días a Madrid y a veces parece que hay alguna posibilidad, pero será difícil.

Mañana me voy al pueblo, solo. Quiero recuperar los amaneceres puros de Castilla, el silencio de la noche, las calles desiertas iluminadas por una pequeña bombilla amarillenta. Quiero recuperar el despertarme a las 7 con el rumor de los rebaños que cruzan mi calle, salir a comprar el pan candeal del panadero del pueblo de al lado, comer los piñones que aún me guardan las vecinas de mis abuelos, taparme con una manta por las noches, vivir sin televisión. Esto último es uno de los mayores logros de mi abuelo: siempre dijo que no quería tener ese trasto en su casa y se ha respetado su voluntad. Recuerdo que cuando era pequeño, cuando llegaba al pueblo tras un viaje que se me antojaba larguísimo, me pasaba los dos o tres primeros días protestando por no poder ver los payasos de la tele , el "Un dos tres" y los dibujos. Luego, en cuanto me reunía con los amigos del pueblo (¿Qué será de ellos?), me olvidaba de la tele hasta tal punto que, tras el verano, las tediosas tardes libres en Madrid se me hacían aún más insoportables en el salón, frente a los programas que al principio tanto añoraba.

Mi madre me ha dicho que aún está la radio que compró mi abuelo en los cincuenta, una reliquia frente a la cual nos sentábamos por las noches a escuchar "el parte". La recuerdo allí, en el aparador, imponente en su acabado de madera y el marfil de los botones, junto a la máquina de coser Singer de mi abuela. Al fondo el carrillón, cuyo toque de horas me asustaba por las noches hasta tal punto que mis abuelos tenían que desconectarlo para que pudiera dormir.

También estará la "gloria", cocina de leña que servía tanto para guisar como para calentar la plancha con las brasas. !Qué delicia en invierno sentarse en la cocina y sentir el olor de las piñas secas ardiendo!

Hace más de diez años que no piso el pueblo. Tendré que pasar la prueba del ¿Tú de quien eres?, que tanta vergüenza y malestar me causaba de pequeño:

- Y este mozo, ¿De quién es?
- Me llamo Arkimir
- Tú eres forastero ¿verdad?
- No sé (¿Qué será eso de forastero? Eso lo dicen en las pelis de indios!)
- ¿Ay, qué gracioso! ¿Pues no dice que no sabe si es forastero?. Tu debes ser de los Velones ¿no?
- ¿Quienes son los Velones?
- ¿Pues quién van a ser? Los sobrinos del Zorreras, los que se fueron a Madrid.
- ......
- ¿te ha comido la lengua el gato? ¡qué mozo más cortico eres!
- Mi madre se llama Angelines y mi padre Ramón
- ¿Anda!, tu eres nieto de la Chelines, de los de la era grande?
- No sé, mi abuela se llama Angelines, como mi madre.
- Pues eso es lo que estoy diciendo, eres de la Chelines de Madrid. Ay, no sé que os hacen en la capital que venís todos como si os hubiera dado un aire.


Ahora ya hablo el dialecto local y ya sé de quién soy. Las presentaciones serán mucho más breves.